Mes de la Patria

Inicia Septiembre el mes de la Patria, el mes en que más festejamos a mi México, porque lo que menos falta aquí son pretextos para festejar, festejamos cuando gana la selección o da igual si pierde, festejamos el bautizo, los quince o el cumpleaños del abuelo con las mismas ganas, aunque él ni por enterado que la fiesta es en su honor. Vaya hasta día del taco tenemos, y cómo no va a haber un día para festejar al alimento de pobres, ricos y todos los demás que nos hacemos de “lo que sea” un taco, pero de eso les hablo después.

En septiembre se festeja la independencia de México, pues desde 1810 México se liberó de la esclavitud, en aquel tiempo los Mexicanos si eran valientes, en aquel tiempo todos los hombres con todo y mujeres que a su vez traian al niño en el lomo trensado en el reboso, agarraban lo que tuvieran para defender lo suyo, llámense machetes o picos, para defender sus tierras, sus ideales.

Pero hoy, solo nos quedamos como el chinito “Namas milando” solo observando cómo nos despojan de lo poco que tenemos y a lo mucho que llegamos es a unirnos a marchas para protestar, porque ¿qué más podemos hacer?, ¿qué podríamos hacer en contra de los secuestradores, de los asaltantes o en contra del aborto?

Sinceramente a mi no me gusta tratar estas cosas, no me gusta el hacerlas notar, pero si seguimos ignorándolas, seguirán creciendo cómo lo han ido haciendo en este país donde parece que el dinero puede más que los valores, donde la gasolina vale más que pasar por un amigo para darle aventón a la escuela, donde nos es más fácil darle “su mordida” al agente de tránsito, darle “pa los chescos” en lugar de ir a pagar la multa, “pa los chescos” “palos” es lo que deberíamos darles y sin albur.

Sé que en este espacio la mayor parte del tiempo pongo cosas que pintan la vida muy hermosa y en realidad lo es, mi vida los es, pues gracias a Dios las cosas que nos han ocurrido cuando los delincuentes se cruzan, no han pasado a mayores, todos seguimos aquí, aunque viviendo con precaución, desconfianza y un poco de miedo. Pero aquí seguimos, lamentablemente viendo cómo familias enteras caen en desgracia cuando les secuestran a uno de sus integrantes, viendo como los despojan de lo mucho o poco que han ganado con su trabajo a lo largo de su vida. Porque eso sí, somos trabajadores, luchamos por salir adelante, por defender nuestras costumbres y lo hermoso que es nuestro país.

Un país con millones de riquezas, un país que lo tiene todo, incluyendo una mente tercermundista. No hay que conformarnos, ni esperar a que nuestros dirigentes hagan algo, miren que yo tengo muchas ideas, algunas las he puesto en práctica, me faltan muchas pero tengo fe en que podrán realizarse.

No hay que esperar a que el presidente haga algo, pues el pobre hombre solo no puede y aunque “se esfuerzan” todos los que están cuidando a la ciudadanía por atrapar a los malos, solo logran atrapar al más menso, al que no corrió a tiempo o se pescan un chivo expiatorio para taparle el ojo al macho.

No nos interesa quien cortó las cabezas, no nos interesa quien estuvo torturando. Esos mensos, tontos descerebrados que solo reciben órdenes, son a los que hay que condenarles a la pena de muerte, sí, pero con todo y los que Mandaron a cortar las cabezas a los que Ordenaron torturar, al que dijo “Ve y secuestra” al que se está haciendo rico. Las “perras flacas” pero con todo y dueño, es lo que queremos ver condenados a la pena de muerte o ya de perdido, tras las rejas.

Me da pena estar escribiendo todo esto, aquí sentada sabiendo que tenemos el primer lugar a nivel mundial en secuestros, sintiéndome maniatada, con un montón de ideas, de cosas que se pueden hacer. Lo que quisiera aparte de mis ideas, es valentía.

Quisiera tener tantas espinas como el nopal de la foto para ser intocable, que nadie pudiera hacerme daño y ahora sí, sin miedo hacer todo lo que me toca.

Fotografía de Christian Frausto Bernal