Fuerza

Y… ¿De dónde sacamos fuerza? ¿Cómo surge? ¿Cómo nace? ¿Nosotros la creamos?

Ah pues sí, comemos y todos los nutrientes que tienen las tres comidas saludables que debemos dar al día, hacen que podamos movernos, tener mucha energía, fuerza…

¿Y la otra fuerza?

La fuerza interna esa que debemos tener siempre para hacer todo lo que nos toca en la vida, esa que necesitamos incluso para comer. A algunas personas, se nos quita el hambre cuando estamos tristes, cuando estamos atravesando por una situación difícil, algo que emocionalmente no nos deje en paz.

Pero cada experiencia mala nos hace más fuertes, todo aquello que sentimos cuando estamos molestos, todo ese coraje, todo ese enojo, que muchas personas sentimos en el estomago, si sabemos, o mejor dicho, si aprendemos a controlarlo, si aprendemos a sobrellevar todo ese enojo, todo ese coraje, se convierte en fuerza, la misma que necesitamos para enfrentar situaciones más complicadas, esa fuerza interna que necesitamos para darle la cara a problemas que realmente lo son.

Fuerza la de aquel anciano al que veo hacer muchísimo esfuerzo pues apenas pudiendo caminar acude a la iglesia a escuchar misa, dando cada paso con ahínco, todo aquello que tiene dentro, que recaudó durante todos los años de su vida y ahora es lo que lo hace levantarse, salir de su casa y caminar, paso a paso con un dolor reflejado en sus llorosos ojos, dejando perplejo a todo aquel que le preste atención, yo lo hice en la misa del 25 de Diciembre del 2007 y no pude contener las lágrimas pues en aquella ocasión intentaron ayudarlo tomándolo del brazo pero con un gesto un tanto molesto lo movió y no dejó que le ayudaran, siguió caminando, teniendo ese gesto de dolor en su rostro hasta llegar a la segunda banca, para con mucho esfuerzo lograr sentarse. Este es un claro ejemplo de que la fuerza interna puede más que la física, o la controla, algo así.

Cuando sintamos enojo, cuando alguien o algo nos saque de nuestras casillas y nos haga rabiar, es necesario antes de actuar o cometer una mala acción, el pensar que, debemos pasar por eso para hacernos más fuertes, tratar de controlarnos para no hacer daño, para que no nos afecte esa situación y no tengamos nada de qué arrepentirnos o qué lamentar.

“El coraje es fuerza, el enojo es fuerza, que después utilizamos para enfrentar situaciones más complicadas”

Fotografía de gacg