domingo, 12 de octubre de 2008

Sopa de lechuga

Lo lavé bien lavado, con un pela-papas le quité la verde y amarga cáscara, con un cuchillo afilado lo corté y sobre un plato después de poner esas finas rodajas de pepino, me dispuse a exprimir sobre ellas un limón cuyas gotas caían jugosamente perdiéndose entre la apetitosa ensalada.
Puse un poco de sal y luego una capa bastante alta de hojas de lechuga, ¡claro, bien lavadas también! A esto adherí más limón, un poco de esa salsa casera picante que tanto me gusta y aderezo “ranch”.

Me dispuse a comer, prendí la tele, esta vez no había nada desagradable en la programación que arruinara mi comida.

Ya casi al final, cuando me quedaban unas cuantas hojas de lechuga y no quedaban rastros visibles de pepino, mi ensalada más bien tenía cara de sopa de lechuga y la verdad sabia bastante buena, pero pues ni modo de tomármela con el tenedor :s

Tal vez a alguien más en el mundo, le gusten este tipo de “ensaladas”, no lo sé…

5 comentarios:

Emily No dijo...

jejeje el limon le dio ese sabor!!!!

vesania dijo...

lechuga con litros de limón, me encanta aunque luego quedo con una sensación medio aspera en los dientes...

Dan ganas de comer algo fresquito pero son las tres de la mañana asi que es imposible...

abrazos

Anónimo dijo...

Hola, bonito día. lo importante es qaue hayas disfrutado esa ensalada. Sabes, con respecto a tu pregunta en mi blog, tomo a la fatiga como esa falta de energía por el exceso de trabajo que se consume con el transcurso del día y el cansancio lo asocio al ánimo, por eso digo que me fatigo pero no me canso. Un beso.

Meg dijo...

Ah no bueno a mi no tanto jejeje pero si me gustan las verduritas con sal =)



Saludos

BIRA dijo...

La ensalada no tiene mala pinta, no, pero a mí me suelen gustar acompañadas de algo más contundente. Así me va!