En un solo día

Pudieron haberme pasado más cosas pero con estas fueron suficientes, mi coche está descompuesto, así que tengo que caminar alrededor de 5 cuadras para tomar una “pesera” (microbús) que me deje a una cuadra de mi trabajo. Resulta que mientras iba caminando empezó el chipi chipi y apresuré el paso, pero de pronto sin la piedad de San Pedro ni un techito cerca para cubrirme, comenzó a llover muy fuerte, traté de refugiarme en un arbolito pero no sirvió de mucho, así que tuve que regresar a mi casa totalmente empapada.

Llamé al trabajo para avisar mi retraso, le llamé a un amigo para que por favor me diera un aventón, me dijo que si, rápidamente me bañé, me cambié y lista de nuevo. Mi amigo llegó por mí, en el camino me iba diciendo que tu coche estaba gastando mucha gasolina, que si prendía el aire acondicionado se escuchaba un ruido y hacia como que se apagaba, entonces me dio una demostración de lo que estaba diciendo, prendió el aire acondicionado y el coche se apagó, pero ya no quiso prender… Un chavo que pasaba por ahí en su camioneta se ofreció a llevar a mi amigo por más gasolina, ya que traía muy poca y era probable que no la estuviera jalando.

Cuando le estábamos poniendo la gasolina al coche, yo estaba deteniendo el embudo, en eso mi amigo me dice -“No te vaya a caer gasolina en la mano, porque está chorreando y luego vas a andar toda apestosa” pero ya era demasiado tarde, ya me había caído algo de gasolina en la mano, suficiente como para apestar peor que a zorrillo.

Llegué al trabajo una hora tarde…

Alguien no cerró una ventana del segundo piso y el agua se metió, corrió por las escaleras y justo encima de mi escritorio a un lado del teclado, un chorrote de agua cayendo.

Hubo un pequeño apagón y no había guardado unos cambios, lo bueno que no era mucho lo que había avanzado de trabajo.

Neta que me ataqué de la risa. ¡Que chulo día tuve!