domingo, 29 de junio de 2008

Entonces entendí

Todos podemos caminar, correr, saltar, sonreír, ver, escuchar, hablar, etc. Cosas sencillas, que todos podemos hacer ¿todos?... Pero ¿cuántos de nosotros realmente valoramos el poder hacer todo eso que es tan “normal” para un ser humano? La respuesta es, muy pocos.

Recuerdo cuando tenía 18 años, estaba en el escritorio de mi primer empleo, en una agencia de autos nuevos. Tenía mucho trabajo esa vez, recuerdo que estaba entre carpetas, facturas y tecleando tan rápido como podía pues era sábado y si no terminaba las carpetas con el reclamo de bonificaciones que debían estar el lunes a primera hora en el escritorio del gerente, simplemente no podía salir de ahí. En eso sentí la mirada de alguien, seguí con mi trabajo, pero después de un rato voltee para ver quien se me quedaba viendo, era una chica, la hija de una familia muy rica, quienes iban seguido por la agencia ya que acostumbraban comprar autos de lujo y camiones para su rancho.


Ella se me quedaba viendo y no me quitaba la vista de encima, pude darme cuenta que éramos más o menos de la misma edad. Me quede observándola unos segundos y pude ver en su rostro un gesto de tristeza como si estuviese a punto de llorar, me conmovió tanto que jamás lo he olvidado. En realidad no sé qué estaba pasando por su mente en esos momentos, pero lo que sí puedo mencionar es que la chica no podía valerse por sí misma, necesitaba de una silla de ruedas o un cuadro para sostenerse y poder moverse, solamente una vez la vi andando y sus movimientos eran como los de un robot, muy apenas podía tomar un bolígrafo, sus movimientos eran muy torpes y no se le entendía cuando hablaba, aquella situación la tomé como ejemplo de fuerza, como ejemplo de vida, como un gran motivo para seguir adelante, creo que aquella muchacha debe tener dones que yo no tengo, pero los que a mí me fueron otorgados pienso explotarlos, en honor de todas aquellas muchachas a las cuales no les fueron dados.



Y desde entonces entendí algo, Dios me llenó de bendiciones…


Fotografía de Peetosga

3 comentarios:

BIRA dijo...

Amaveli, todas esas cosas que "se supone nos vienen de serie"(aprovechando que hablas también de autos) no las valoramos lo suficiente nunca, ni dándonos cuenta de lo que valen. Sólo nos damos por enterados cuando las perdemos o cuando vemos que personas que no han tenido la inmensa suerte que hemos tenido otros, de tener los cinco sentidos, de tener movilidad, de poder llevar la vida que queramos... sólo entonces nos damos cuenta. Y ni aún así aprendemos, creo.

Me alegra saber que al menos tú sí lo tienes claro.

Un beso.

Anónimo dijo...

Tal vez, pudiera ser pero... y la "H" donde quedaria?

mmm lo saque de un lugar bastante complejo.

Anónimo dijo...

Me ha hecho reflexionar el post... me gustó mucho... saludos y besos Amaveli!

P.D: Hay un regalo esperándote en mi blog :D