Relaciones puente

Existen sin lugar a duda, esas relaciones que nos toca vivir justo cuando terminamos con el “amor de nuestra vida” o con aquella personita que nos marcó de tal manera que necesitamos “olvidarla”, pues hay razones de sobra y es imposible seguir adelante con ella.

Las relaciones puente son un habito, un mal habito que tenemos los seres humanos, muchos las iniciamos antes de terminar nuestra relación actual, esto es, empezamos a coquetear con otra persona, a salir con ella, incluso a andar con ella y ya después viene el truene con la pareja. Estas relaciones suceden casi siempre cuando ya teníamos mucho tiempo con el otro noviazgo, cuando se había vuelto algo rutinario, cuando deseábamos escapar rápido de las garras de aquel ser que nos tuvo o nos detuvo, por mucho tiempo.

¿A qué se debe que necesitemos una relación puente entre amor y amor?

Fácil, cuando damos por finalizado nuestro contrato “prenupcial” de palabra, llámesele noviazgo, nuestro corazón o más bien nuestro cerebro pasa por momentos muy difíciles, sobre todo si estamos en la adolescencia o nos rehusamos a salir de ella así tengamos treinta años, en fin… Como les decía, estamos pasando por un lapsus brutus delicado en donde necesitamos ser apapachados por algún individuo ingenuo que pase frente a nosotros, es entonces donde inicia ¡adivinen que! Exacto, la relación puente.

Relación puente: dícese de unión entre un incauto y un desconsolado que por lo general, termina mal.

No es bueno utilizar a las personas para tratar de sacar de nuestras vidas a otra persona, es malo, muy malo, podemos hacer daño, mucho daño, pero es rico, es divertido, es emocionante, un “clavo saca otro clavo”, aunque la emoción, casi siempre, dura poco.

Hay que tener cuidado de no estar en la otra parte, la parte más fea, la parte donde nos utilizan. Ese lado obscuro de babas y penumbra, donde el otro nos deslumbra y no nos deja ver la realidad que se avecina.

¡Aguas con un corazón roto recientemente! Solo quiere que le echen colaloca para volver a ponerse en el filo del stand, de donde caerá, caerá para volverse a romper… Y hay que tener cuidado de que no nos lleve consigo, de no caer en su juego. Darnos cuenta cuando corremos peligro al lado alguien que acaba de romper con una relación que echó raíces, pues quizá mientras esté con nosotros, su pensamiento esté con la otra persona o bien, pronto se irá de nuestro lado, dejándonos un amargo sabor. Pero bueno, como dijo la nana Goya “esa, es otra historia”.

Hasta aquí mi escrito sobre las relaciones puente, de las que puedo seguir y seguir escribiendo, pero creo que ha quedado claro y si no, déjenme un comentario con su duda y en cuanto lo vea me dará flojera responderlo, pero algún día, algún día lo responderé, con mis “sabias e ilustres” (jajaja que tontería) palabras que no sirven de mucho pero para mí, eso son ¡sabias e ilustres! :p ¡Bueno si no me echo porras yo ¿Quién?!

¡Ya! Saludos a todos y gracias por leerme.

En opinión de: VeLy Garza xD

Fotografía de Palomaca