Llegó el viernes, Saúl pasó por ella, luego a comprar agua y hielos para el súper termo del equipo y mientras se bajó a comprar las cosas, Elisa se quedó en el coche, seguía pensando en la forma tan extraña que se comporta Rodrigo, escuchando El recuento de los daños a todo volumen en el estéreo…
-“Ooooh no, no, no, no, no, no puedoooo reponermeee de tu forma tan cruel de abrazarme si sabiiiias que no ibas aaaamaaarme ¿qué ganaaabas, qué ganaaaabas con besarme? - Cantaba a todo pulmón, estaba recordando los besos que le había dado Rodrigo y se preguntaba - ¿Qué estoy haciendo mal?
En eso regresa Saúl con las cosas, abre la puerta para apretar el botón que abre la cajuela y dice: -¡Bájale a ese mugrero Ely, mejor pon a los Cadetes o música de verdad!
Elisa no hace caso a la petición de Saúl y sigue cantando, mientras él llenaba el termo.
-Vamos por a pasar por Jorge - dice Saúl cuando entra al coche. – Es un delantero y juega muy bien el wey - se acomoda en el asiento, se abrocha el cinturón de seguridad y le mueve al estéreo para cambiar la música.
Llegan a la casa de Jorge y cuando este sale, Elisa se queda boquiabierta viendo lo apuesto que es pero trata de disimular.
-Que onda wey ¿listo para dar una goliza?- saluda Jorge a Saúl cuando entra al coche – ¡Ya sabes! –Responde Saúl y después los presenta.
Durante el camino, Jorge no hace otra cosa más que interrogar a Elisa, quien responde amablemente pero sin demostrar mucha atención, pues se percató del interés que había despertado en él.
Un rato después llegaron al campo, Elisa se sentó bajo la sombra de un árbol, Saúl le pidió que cuidara sus objetos personales y que si llamaba su mamá o alguien de su familia respondiera, pero si era la novia, no.
-Esa vieja – le dice Elisa a Saúl en tono burlón- te trae marcando el paso- Él solo sonríe y se va trotando para calentar.
Jorge deja sus cosas cerca de Elisa -¿Me puedes cuidar mis cosas también Ely? – le pregunta – El primer gol que meta, te lo voy a dedicar – agrega mientras se acomoda las calcetas.
-Ah ¿si? ¡ok!- Le responde –Presumido- piensa mientras le sonríe de forma coqueta.

El partido empezó y sí, la novia de Saúl llamó, pero Elisa no respondió. Levantó la vista después de voltear por quinta vez a ver el celular de Saúl, que vibraba y acto seguido sonaba con la canción reggaetonera Veo veo -Y critica mis gustos musicales- pensaba- a lo lejos, después de la tela ciclónica que rodeaba al campo, se veía pasar un convoy militar, cosa muy común en una ciudad tan conflictiva.
Al ver a los soldados, se acordó de su amigo Fabián, miró al cielo y pensó – Dios mío cuida mucho a ese niño, tú sabes las ganas que le pone a su trabajo, por favor no permitas que nada le suceda-
Un grito de ¡Goooooool! Interrumpe las plegarias de Elisa, quien voltea hacia la portería contraria y ve cómo Jorge, se levanta la playera dejando ver su marcado abdomen mientras corre festejando el gol que acaba de meter, voltea a verla, le avienta un beso, le guiñe un ojo y Elisa con una sonrisa nerviosa, casi babeando ve corazones y como no queriendo su six pack.
En eso timbra nuevamente un celular, pero en esta ocasión con el clásico “ring, ring” y Elisa identifica que es el suyo.
-Bueno- responde.
-¡Que onda princesa! ¿Cómo estás? – se escucha la voz de Rodrigo.
E -Bien, bien ¿y tú?
R - Muy bien gracias a Dios, se escucha mucho ruido y viento ¿qué haces, dónde andas?
E - En un partido de fut.
R - ¡Aaah! ¿Sí? ¿Y con quién o qué?
E - Con Saúl
R – Mmmm, ¡órale, no pues qué bien! yo te iba a invitar al cine, pero bueno, ya será en otra ocasión.
E – Pues me hubieras llamado más temprano Rodrigo o me hubieras dicho anoche que te llamé.
R – Si ya sé que contigo tiene que ser previa cita si no, nada… Sale cuídate, estamos hablando, te dejó porque estás ocupada.
E – ¡Ay Rodrigo! Ok, cuídate - dice en tono desanimado - hablamos…
R – Bye.
E – Bye.
Cuelga y se queda pensando - ¡Ya se enojó! ¡Que tonta! ¿Por qué no le dije que nos viéramos más noche? – Pone sus codos en sus rodillas y su barbilla en sus manos, suspira mientras mira el suelo.
El partido termina, Jorge y Saúl también terminan, pero empapados en sudor.
-¡Waaacala!- exclama Elisa – Miren lo sudados que están, han de apestar horrible- les dijo mientras les hacía gestos.
-¡Cálmate Ely! Porque te vamos a abrazar así como andamos de sudados – dice Saúl.
-¡Nooombre! ¡Estás loco! – exclama Elisa y hace un ademan con la mano.
-¡Aaah cómo de que no! – dice Jorge mientras se acerca a ella y Saúl lo sigue.
-¡Nooo, wacala, quítense de aquí! – Gritaba Elisa, tratando de defenderse, pero fue inútil pues aquellos hombres sudorosos, la abrazaron sin piedad.
De regreso, camino a la casa de Jorge, con los vidrios del coche abajo, el interrogatorio a Elisa continuaba. Saúl sonreía pues ya se había dado cuenta de lo que estaba sucediendo. La pregunta de los sesenta y cuatro mil no se hizo esperar –¿Y qué dice el novio, es celoso? – Saúl suelta la carcajada y Elisa le da un golpe en el brazo - ¿Qué, pregunté algo malo? – preguntó Jorge un tanto apenado.
-No Jorge, lo que pasa es que Saúl se burla porque no tengo novio- dice Elisa cruzándose de brazos y haciéndose la ofendida.
- ¿Pero cómo es eso posible? Una chica tan bella como tú y sin novio...-
-Así es Jorge- lo interrumpe Saúl – De hecho, la andamos rifando ¿quieres un boleto? – Elisa lo vuelve a golpear -¡Te calmas Saúl! – dice sonriendo y fingiendo molestia.
Ya frente a la casa de Jorge, este le dice a Elisa – Pues… Saúl se va a ir con la novia… ¿Tú que vas a hacer más de rato Ely-
-Mmmm, la verdad no tengo planes – responde dudosa.
-Entonces te invito a cenar- dice entusiasmado- Pásame tu número y te llamo en una hora para ponernos de acuerdo…
Fotografía de Galabassoo
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La misión y el fin en casa
Llamada por error
Revólver imaginario
Una noche de baile
Voy a responder, tal vez la llamada sea para mí…
1 comentario:
Así es en todo México, lo mismo el sur que el centro, me ha tocado ver, en Cd. Satélite, donde vive gente de un nivel socioeconómico "medio-alto", tirar basura desde su auto, o colillas de cigarro, ¡mala educación desde la casa! Nos estamos acostumbrando a la mala conducta cívica...triste situación la nuestra...
Saludos desde Tlalnepantla en el Estado de México.
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